lunes, 5 de mayo de 2008

It´s a hard work

RAPHAEL: LA CANCIÓN DEL TRABAJO

Le da las gracias Marisa Paredes en un momento de La flor de mi secreto a Joaquín Cortés porque, a pesar de ser un chorizo, le permite dejar de pensar compulsivamente en el hombre que la ha abandonado. "Hace por lo menos diez minutos que ya no pienso en él", le dice. Eso hoy en día se llama desconectar y vuelve una a la carga un durísimo lunes en el que despertar es un suplicio doloroso con la mente totalmente en blanco, desprovista de recuerdos y de pensamientos cotidianos. Me siento como si me hubieran lavado el cerebro y me gusta la sensación, porque durante unos días he arrinconado ciertas ideas absurdas que entorpecían mi actividad cerebral y he olvidado ciertas caras que aparecen con excesiva frecuencia en mi cabecita. Una vez reincorporada a la rutina laboral, las cosas importantes han ido volviendo pero las que no me procuraban más que desgaste emocional se han quedado atrás, espero que para un tiempo largo, con suerte más de diez minutos.

Una de las noticias intrascendentes que he leído es que uno de mis ídolos personales cumple hoy años y no podía dejar de hacerle un homenaje de andar por casa... Cuando yo empecé a escuchar a Raphael, todavía no se había producido la resurrección que, gracias a Alaska o Bunbury, ha convertido en mega-moderno al que un día fuera ruiseñor del Generalísimo... En fin, cosas de las modas y lo kitsch y esas tonterías. Tampoco es cuestión de colgarse medallas, es sólo que nunca pude imaginar que este señor tenía una colección de canciones yeyé tan increíbles y divertidas. Hace unos 9 años compré un single suyo por 100 pesetas (!) y ahí empezó todo.

No busquen explicaciones sesudas ni lean entre líneas. Raphael es divertido, muchísimo, y es una de esas figuras que, como se suele decir, llena un escenario con su personalidad arrolladora. Eso es todo. Y en el día en que Rafael Martos cumple 63 años, quiero recordar una de sus mejores canciones, La canción del trabajo; un hit imprescindible en fiestas mods y soul y un trallazo de esos que te arrastran a la pista aunque estés agotado después de toda una noche. Y todo esto me trae muchos recuerdos de risas, como la vez en que escuchaba a Raphael en mi coche y un gorrilla me contó que era del pueblo de su padre, "y al padre lo fiaban en el bar porque estaba allí metido siempre, ¿sabe usted?"... o cuando fuimos a verle no hace mucho y alucinamos con su directo y le pusimos esta canción a una amiga al teléfono... o cuando vi aquel engendro que era Doctor Jeckyll y Mister Hyde... o cuando me regalaron un disco dedicado y personalizado por él...

En resumen, por todo esto y porque el trabajo nace con la persona, va grabado sobre su piel..., disfruten del enorme Raphael y que nos acompañe muchos años más.


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