domingo, 29 de junio de 2008

Centro de gravedad

FRANCO BATTIATO: CENTRO DI GRAVITÀ PERMANENTE

Hola.... ¿hay alguien?... Son las 21.42 y debo ser la única personilla de los alrededores que no está pegada a la tele viendo la final... Pero tengo la radio puesta, no se me confundan, no soy de las que se complacen en marcar su diferencia y arrugan la nariz ante los espectáculos masivos y sobre todo el fútbol.

¿Se acuerdan de los tentetiesos? Esos muñecos un poco odiosos que siempre se mantienen derechos, que tienen una piedra o qué sé yo, que les aplica permanentemente la ley de la gravedad, sin que puedan torcerse o caer nunca. Cuando el maestro siciliano canta a su centro di gravità permanente se refiere a todo aquello que, no sólo nos mantiene vivos, sino derechos, rectos, invencibles. Ya, ya sé que soy monotemática pero conste que esta canción, ese estribillo, siempre me ha parecido demoledor: busco un centro de gravedad permanente que no me haga cambiar las ideas sobre las cosas y la gente.

No tengo fuerzas ahora para contarles todo lo que aconteció en el concierto de Franco Battiato hace un mes, porque es uno de esos momentos especiales que me guardo en una cajita y todavía me da miedo sacar a la luz, por si se rompe por el camino o se pudre. El caso es que llevo semanas reflexionando sobre el centro de gravedad, nuestro centro de gravedad, y no porque haya encontrado el mío. Aunque sé que estoy cerca cuando camino por ciertos lugares y sé que en esos momentos es ahí donde quiero estar y en ningún otro sitio del mundo. Mirar a las personas ayuda a mantenerse en gravedad, reirse, explorar las pupilas de los demás, una caricia en el momento oportuno, una cerveza al sol con los amigos, una siesta en la playa, la foto del hijo de un compañero en el trabajo... Son piedrecitas como las que albergan los tentetiesos y todo ello contribuye a que nos sintamos en gravedad permanente. Como ya he dicho en anteriores ocasiones, firme, serena, invicta, desafiante, sonriente... Y es que el cuento de la fuerza mental va a ser verdad... Yo me entiendo. :)

Feliz inicio de semana y que ganen los mejores. Siempre.

martes, 24 de junio de 2008

Empeñada

MANOLO GARCÍA: SOMOS LEVEDAD

Mientras busco un tema que me he propuesto regalarle a cierto visitante asiduo del blog, aprovecho para hablar de otra cancioncilla, de un hombre al que hace poco vi en directo y cuyos textos en ocasiones se me asemejan a los recuerdos que compartía nuestro visitante, en otro post. Me estoy refiriendo a una canción de Manolo García. Por cierto, me comentaba cierta amiga que muchas de sus letras emplean términos de sus recuerdos de infancia albaceteña, curioso cómo mezcla este hombre el Mediterráneo y la Mancha en sus discos...

El jueves 19 de junio Manolo estuvo como siempre: redondo, potente, simpático, vibrante, divertido, carismático... Quizás más tranquilo, me decía hoy alguien (50 años ya son) o quizás es que rompí con la tradición y fui sin saberme el último LP que, lógicamente, copó el 75% del repertorio. El caso es que García nos regaló una extraña versión de El loco de la calle amerengada y recuperó Bailarás como un indio, dos regalitos que me hicieron suspirar de placer, para qué negarlo.

Disfrutaba yo abstraída del concierto cuando sonó un tema que ya es clásico en sus actuaciones, Somos levedad, y entonces saltó la chispa y recordé por qué he pasado tantas horas de mi vida escuchando a este hombre. Interioricé de nuevo aquello de sé que la fe es creer en un Dios aunque no existan, o en existir aunque ese Dios a veces no crea en ti, o en caminar aunque no brille tu estrella (por cierto, las cosas como son, una lamentable construcción gramatical).

Empeñarse en ser feliz. Ni más ni menos. Llevo semanas entregada a esta difícil consigna y se lo intento explicar a mis allegados, sin la labia de Manolo, por supuesto. Me hablaba el otro día una amiga de la fuerza mental, de que todo el que se lo propone es feliz, venga lo que venga, y yo alzaba las cejas y ponía el grito en el cielo. Pero cogí la idea y la estrujé, la manoseé y le di la vuelta hasta que conseguí entenderla, a mi manera: todo el que se empeña en ser infeliz, lo consigue. Por eso hay que creer, existir o caminar, a gusto del consumidor. Yo, convertida en walkiria o en mujer de 50 pies, lo estoy haciendo con todas mis fuerzas, tanto que a veces caigo rendida por las noches pero siempre duermo como un tronco, con la tranquilidad que dan el trabajo bien hecho y la felicidad.

Nadie ha dicho que sea fácil, eso por descontado, pero es una batalla continua que únicamente podemos librar nosotros mismos, sin ayuda. Por eso García canta a esos seres solitarios, recluídos en lo alto de una montaña, en esa cabaña que hace tantos años que estoy esperando construirme, algún día. Como dice él, caminando por la senda satisfechos mientras olemos la tormenta, sonriendo al viento y buscando esos soles que brillen para alumbrarnos. Una lucha en la que es fácil decaer pero en la que también es fácil mantener a raya al enemigo, arrinconarlo en la trinchera y enseñarle quién manda aquí. Una vez lo consigues, poco importan las decepciones personales, el sopor del día a día, las nóminas escasas o los personajillos con los que nos toca lidiar constantemente.

Pero insisto: es fundamental concentrarse y empeñarse.

lunes, 23 de junio de 2008

No más segundos premios

LOS PLANETAS: SEGUNDO PREMIO
Si esto te hace daño



De repente, este fin de semana ha llegado el verano. La playa, las primeras quemaduras, las mejillas encendidas, las siestas a 40 grados, las terracitas nocturnas, el vacío de las calles a la hora de comer, el sol colándose hasta en el cuarto de baño... Y de repente también, un sábado por la noche a punto de esfumarse suena esta canción y de golpe, de una patada, te sientes transportado a otro verano, al de 9 años atrás (¿o eran 10?), del que ya se habló por aquí en otra ocasión.

Segundo premio es el espléndido arranque del que muchos consideramos el mejor disco de Los Planetas, Una semana en el motor de un autobús. Le sigue La playa y la combinación de esas dos canciones me pone los pelos de punta, especialmente la batería inicial del temazo que hoy nos ocupa. Segundo premio es un típico berrinche de Jota porque su chica no le hace caso, expresado, como es habitual, con sus frases de adolescente, que no por ello son menos certeras: sentado esperando a que llames, rezando por que des una señal, los días cada vez van más despacio y solamente puedo esperar.

Y hoy, diez años después, cuando muchas cosas han cambiado y muchas otras parece que pueden cambiar; diez veranos más tarde, una se pregunta por qué este tema vuelve a sonar tan dolorosamente cierto; una se plantea si merece estar sentada esperando una señal. Pero entre todas las dudas surge una certidumbre que deja un paso por detrás la canción y demuestra que diez años no pasan en balde: los días ahora pasan muy deprisa, ya no hay miedo y sí una seguridad aplastante de ser la única y de no querer desperdiciar ni un minuto de tiempo. Todo esto, con una sonrisa de oreja a oreja. Y el que no lo entienda, que vuelva a la playa de hace diez años.


Los Planetas: Segundo premio (directo, FIB 2002)



PD: yo estuve en ese FIB y fue BRUTAL (aunque el video no hace justicia, la verdad)

jueves, 19 de junio de 2008

Dejarse sorprender

MANOLO GARCÍA: EN LOS DESIERTOS POR HABITAR
Sobre el sol de tus tejados quiero vivir


Se lo ha ganado, por derecho, por formar parte de mi vida, porque hoy es su día. Él no lo sabe pero hoy es diferente, quizás sea la madurez, quizás la crisis, quizás la falta de tiempo... El caso es que hoy rompo una de mis tradiciones personales más arraigadas y no voy con el disco empollado al concierto de Manolo García, he decidido "dejarme sorprender" y no he escuchado más que un par de canciones, igualmente un par de veces. Pero espero que esta noche sea mágica, a pesar del esfuerzo físico que me va a suponer y de la falta de sueño que acusaré mañana (es que ya no tenemos veintitantos, Manolo, querido).

Venía hoy pensando qué canción de él compartir y me ha venido a la cabeza una de las peores, ese rap perpetrado en Nunca el tiempo es perdido, en el que nuestro amigo desperdicia un gran inicio: Hoy tengo un plan para empezar a vivir, me digo de nuevo mientras remoloneo. Hoy tengo un plan, perfecto plan diría yo, para empezar a asfaltar centímetro a centímetro planetas. Dan ganas de levantarse cantando, para empezar a vivir otro día agotador, deslizándonos hacia el fin de semana, echando mano del artilugio de achicar problemas.

Pero resulta que esta cancioncilla no está disponible en la red de redes... de manera que me ha pedido paso otra en la cabeza: En los desiertos por habitar, del mismo LP. Tampoco es de las mejores pero es uno de esos temas que Manolo incluye en cada trabajo pensando en el concierto. Son ritmos potentes, resultones, que suele aprovechar para ir cerrando la actuación, recreándose con confettis dorados, juegos de luces y demás parafernalia. Y son canciones que te arrastran, que dan ganas de cantar gritando y que una se imagina en la plaza de toros, atronándole los oídos entre bote y bote.

Mirando con más detenimiento la letra, estamos ante un típico canto a la libertad en clave manologarciana, reivindicando la Naturaleza, la vida más allá de los agobios urbanos y la felicidad que da el alejamiento del mundanal ruido, en el plano físico y en el espiritual. Así que hago mío eso de quiero, dormido, vivir despierto y les invito a dejarse llevar por la pendiente hacia el viernes, en este viejo tren sin destino ni horario. :)

miércoles, 18 de junio de 2008

El algodón no engaña

CURTIS MAYFIELD: MOVE ON UP

Son días de recoger algodón (algún día hablaremos de la canción que dio lugar a este mensaje en clave, que sólo algunas pueden entender...) y no da tiempo casi a nada, excepto a respirar. Porque no van a poder conmigo, ya elevé el grito de guerra hace unas semanas y ahí sigo, lanza en mano y con la mirada desafiante, a pesar de los power points eternos y los días rojos.

El caso es que estos días me estoy inyectando en vena esta canción, el clasiquísimo y mitiquísimo Move on up, porque suena perfecto en mi coche, cuando recorro la parte más fea de la ciudad para venir a la fábrica y encerrarme hasta la puesta de sol. Y no hay más motivos. Con todos ustedes, Mr. Curtis Mayfield, dosis de energía pura y dura. Cuidado: es muy adictivo.

PD: no hay tiempo para contar que el sábado vimos a La Casa Azul y Guille nos volvió a engañar, cantando solo al piano, con proyecciones de chicas en plan holograma tras él... y La revolución sexual sonó estupenda... y el domingo me levanté y corrí a escuchar toda la discografía del grupo... ¡y recordaba todas las canciones! Tampoco puedo detenerme a relatar el aburrido concierto que el enorme Antonio Luque nos ofreció... y esas paridas que surgen en todos los festivales, como "¿Pero cómo te vas a enrollar al Chinarro? ¿Y qué haces tú con GG Penningstone? ¡Que lleva mochila!" o cuando alguien le pidió una de Dylan a Love of Lesbian. En fin, brevemente, damos por iniciada la temporada festivalera-veraniega y por mi parte, con brillo en los ojos y esperanzas en el verano del amor, venga lo que venga. :)

martes, 10 de junio de 2008

Torres de fuerza

GENE MCDANIELS: TOWER OF STRENGTH
But a tower of strength is something... I´ll never be


Seguimos sin ver el sol... y vamos ya para poco más de un mes...

Hablamos ya en una ocasión de la estupenda triple recopilación de Burt Bacharach y hoy quiero traer una canción que ha sonado con el repeat puesto en mi coche decenas de veces seguidas, también con cierto aroma invernal. Cuando me hice con el triple cd no podía dejar de escuchar este ritmo, la voz elegante y poderosa de Gene McDaniels y una letra sencilla, que nos habla de las miserias cotidianas del amor y los sentimientos contradictorios que provoca. La llevaba todos los días en el coche y no quiero ni contar la cara que me puso una compañera de trabajo cuando, canturreando, imité el suspiro quejumbroso del estribillo...

Hace un año compré el recopilatorio de 25 años de Flor de Pasión (por 3 euros, un chollazo para todo lo que me ha aportado) y héte aquí que el bueno de Juan de Pablos también considera que ésta es una de las mejores canciones que se han escrito nunca.

Finalmente, un día rescaté viejas cintas de épocas pasadas, en pistas de parquet con polvos de talco hasta el amanecer... y ahí estaba de nuevo Gene McDaniels, ¡si ya sabía yo que había oído esto en algún sitio!

Tower of strength habla de la pérdida de fuerza de voluntad que produce el amor, hasta cuando te han dejado. Si yo fuera una torre de fuerza te miraría llorar, me reiría de tus lágrimas y te diría que no te quiero, que no te necesito, y me iría, te arrodillarías ante mí, me suplicarías... pero yo nunca seré una torre de fuerza. Simplemente genial. Rebuscando por la red he averiguado que tower of strength es una antigua expresión inglesa empleada por Shakespeare, qué cosas...

En fin, un temazo del soul para pasar lo mejor posible la semana, camino ya del ecuador.

domingo, 8 de junio de 2008

Carreteras con desvíos


GEORGES MOUSTAKI: LA LIGNE DROITE
Je ne t´attends pas au bout d´une ligne droite

Esta madrugada conducía yo de regreso a mi casa, viendo amanecer y temiéndome que entre aquellas nubes negras no se veía ni un rayo de sol, ni cantaban los pajaritos (que, por cierto, tanto odio después de una noche de excesos). Acerté y de nuevo, un día gris y húmedo que vuelve a alejar la perspectiva del 40 de mayo y hace que más bien esta tarde de domingo parezca un 40 de noviembre.

El caso es que decidí rescatar una cassette-reliquia que pulula por mi coche. No tiene ni pegatinas, se ha salido la cinta en más de una ocasión, está igual en el suelo que en la guantera o en un lateral de la puerta, y suena fatal, pero suena. Nunca deja de escucharse lo que en ella grabé hace unos años: canciones de Georges Moustaki. De nuevo me estremecí con Grand-père o Le métèque, que son temas de esos que uno tiene que escuchar con cierta frecuencia, para soñar con el brillo del mar Mediterráneo y con el recuerdo de los que ya no están.

Pero por derecho, se coló en mi cabeza otra canción, La ligne droite, y supe que hoy estaría hablando de ella al vacío cibernético. Moustaki es un gran escritor de canciones de amor y en ésta se dirige a una mujer que le espera al final de un camino tortuoso, porque no todas las historias son fáciles y previsibles. "Las personas no somos lineales", me decía el otro día un buen amigo. Y pienso en el arranque de esta canción: Je ne t´attends pas au bout d´une ligne droite, je sais qu´il faudra faire encore des détours. He tardado muchos años en aprender esa verdad, que aunque nos esforcemos para que no sea así, la vida está llena de curvas, desvíos, atajos y caminos nuevos, que uno nunca hubiera soñado transitar. Y no se llega siempre al destino por la vía conocida.

Moustaki canta a una mujer adulta, como él, que le espera en sus días de madurez para contarle sus triunfos y sus derrotas, alguien que, tome los desvíos que tome, siempre estará al final de sus viajes. Y qué mejor cierre de canción que la voz personalísima de su gran amiga, Barbara, que aparece como broche final de la versión en estudio de este tema (en la que he colgado no está, porque se trata de un directo). Esta mujer, fallecida prematuramente hace pocos años y muy reconocida en Francia, grabó a su vez su propia versión de La ligne droite, imprimiéndole un carácter totalmente distinto.

Por los encuentros y desencuentros a lo largo de los años, por las carreteras escondidas, por los amaneceres nublados y por las ganas que tenía de traducir esta letra, feliz inicio de semana lluviosa. :)

Georges Moustaki: La ligne droite (1986)



La línea recta

No te espero al final de una línea recta.
Sé que todavía tengo que tomar desvíos
y ver pasar días y días,
pero sin que nada apague nuestra prisa.

Llueve en mi casa, en la tuya el sol es de plomo.
¿Cuándo podremos por fin casar nuestras estaciones?
¿Cuándo podremos volver juntos a casa?
Tenemos tiempo pero ¿por qué es tan largo?

A veces mis ropas están manchadas de polvo
y del perfume ajado de los amores pasajeros
que han aligerado un poco mi soledad,
al alba de mis noches en blanco y solitarias.

Y tú, hermoso amor, dime si ha habido hombres
que hayan hecho tu vida un poco menos monótona,
que te ayuden a soportar el invierno tras el otoño
y los silencios obstinados del teléfono.

Nos contaremos nuestros triunfos, nuestras celebraciones,
pero cómo confesarnos todas nuestras derrotas.
La angustia que nos retiene, la angustia que nos acecha
y se cuelga de cada pensamiento y cada gesto.

Sé que estarás al final de mis viajes.
Sé que vendrás a pesar de todos los desvíos.
Dormiremos juntos y haremos el amor
en un mundo reinventado... a nuestra imagen.

jueves, 5 de junio de 2008

De mujeres y hombres

FRANÇOISE HARDY: POURTANT TU M´AIMES (1965)


Son días de recoger la ropa de invierno y cambiarla por la ropa de verano, esa engorrosa operación que se repite todos los años, que siempre da una pereza infinita y que en este verano se va retrasando cada fin de semana, ya que Lorenzo no acaba de brillar del todo. El caso es que, junto con jerseys, vestidos, chaquetas y pantalones gordos, estoy guardando algunos discos, canciones que, quién sabe por qué, me resultan invernales, más apropiadas para días de frío y oscuridad. Y no porque no sean grandes discos, es sólo que me sugieren la densidad y la rotundidad que requiere un invierno.

Entre esa pila de discos he decidido colocar los de Françoise Hardy y Jacques Dutronc. Así los escucharé con nuevas energías ya pasado el calor. No me imagino bailando los ritmos espamódicos de M. Dutronc en pleno agosto, igual que no necesito la suave compañía de la voz de su mujer en los días brillantes del verano. Es una tontería como cualquier otra, qué quieren, los Dumont somos así.

De manera que para despedirme la traigo a ella, una de las mujeres más hermosas que ha dado la música europea, una voz susurrante y una canción de su mejor época. Como dicen los críticos relamidos, Françoise Hardy en estado de gracia... En Pourtant tu m´aimes la francesita hace un análisis ingenuo de las relaciones entre hombres y mujeres, de las diferencias entre ambos géneros, de cómo actúan los chicos y cómo lo hacen las chicas. Y entre líneas volvemos a encontrarnos con la inseguridad y los inexplicables complejos de la triunfadora Hardy, que con su metro ochenta se vuelve muy pequeña cuando está frente a un hombre y le confiesa su amor. Ves a una chica y la encuentras guapísima mientras yo ya tiemblo y tengo la impresión de que me olvidas...

Esta canción es una de las más elegantes de su época sixtie, con ese principio un poco militar, esos coros increíbles y ese ritmo in crescendo. Lástima que ya no está disponible un vídeo delirante del Youtube en el que Françoise, a medida que cantaba, descubría paneles con frases, en plan karaoke, ¡escritos en alemán! En su lugar, un playback en toda regla y unas escenas muy de Chicos y chicas de Preu, cosas de la época.

En fin, hoy Françoise Hardy, por la ropa de invierno y la de verano, por tantas tardes de frío un poco más cálidas y porque c´est vrai, moi je suis une fille et tu es un garçon. Feliz jueves. :)



PD: ¿No da la impresión de que la pobre Françoise está incómoda con los empujones de los que se sientan a su lado? ;)

lunes, 2 de junio de 2008

Mentiras pop

LA CASA AZUL: LA REVOLUCIÓN SEXUAL


Retomamos el tema de Eurovisión para, ahora que Chikilicuatre ya ocupa el puesto que merecía, fijarnos en los que pudieron representarnos, de hecho los que durante un tiempo lideraban las votaciones de Myspace, hasta que se supo que Buenafuente estaba detrás de Rodolfo y a todos nos pareció tremendamente rompedor y gracioso. El caso es que La Casa Azul a su manera también ha protagonizado una cruzada, diferente a la de Chikichiki, pero no por ello menos pionera: un grupo indie pop que consigue que un hit suyo llegue al prime time de Televisión Española y roce la gloria por unos días... ¿Os imaginais que hubieran llegado a Belgrado? Visto el festival, ahora me parece que nos hubieran representado más dignamente pero eso es algo que nunca sabremos. Desde luego, la jugada ha sido redonda igualmente.

La mente pensante de La Casa Azul es Guille Milkyway, un tipo bastante inteligente dedicado a las melodías popis y dulzonas y a los engaños profesionales. Me explico. El primer disco de La Casa Azul, que me regalaron en un cumpleaños allá por el 2000 o 2001, se inventaba a un quinteto de chicos sanos y sonrientes, con temitas muy inocentes como Hoy me has dicho hola por primera vez o Tú me gustas. Su segundo trabajo seguía en la misma línea, aunque algo más elaborado y héte aquí que cuando vamos a verlos en directo un día descubrimos que allí sólo hay un tipo al piano y un par de coristas ocasionales. En fin, que el grupo es un invento de arreglos pregrabados y la voz de Guille y en aquel momento su directo me pareció nefasto, pero imagino que ahora lo habrán solventado.

Más mentiras. Él compuso y cantó el famoso Amo a Laura que durante unas semanas desconcertó a medio país hasta que descubrimos que todo era una campaña de marketing. Luego le escuchamos como sintonía de la fallida serie Gominolas y lo último fue su candidatura a Eurovisión con un single genial, incluido en su último lp, La revolución sexual, que no estaba compuesto exprofeso para el festival. Debieron pensar que se echarían unas risas participando en las votaciones previas de Myspace y triunfaron ante la mirada atónita y feliz de sus fans, que ahora deben sumar unos cuantos más. Una promoción insuperable y el disco es una colección de canciones bastante divertidas, en su línea habitual.

El caso es que este hit es un gran himno personal para encarar este verano, que se está haciendo tanto de rogar. Una melodía pegadiza que suena a colores, a energías, a buenos augurios... y en el horizonte el pronóstico de una revolución sexual. Disfrútenlo.