jueves, 19 de junio de 2008

Dejarse sorprender

MANOLO GARCÍA: EN LOS DESIERTOS POR HABITAR
Sobre el sol de tus tejados quiero vivir


Se lo ha ganado, por derecho, por formar parte de mi vida, porque hoy es su día. Él no lo sabe pero hoy es diferente, quizás sea la madurez, quizás la crisis, quizás la falta de tiempo... El caso es que hoy rompo una de mis tradiciones personales más arraigadas y no voy con el disco empollado al concierto de Manolo García, he decidido "dejarme sorprender" y no he escuchado más que un par de canciones, igualmente un par de veces. Pero espero que esta noche sea mágica, a pesar del esfuerzo físico que me va a suponer y de la falta de sueño que acusaré mañana (es que ya no tenemos veintitantos, Manolo, querido).

Venía hoy pensando qué canción de él compartir y me ha venido a la cabeza una de las peores, ese rap perpetrado en Nunca el tiempo es perdido, en el que nuestro amigo desperdicia un gran inicio: Hoy tengo un plan para empezar a vivir, me digo de nuevo mientras remoloneo. Hoy tengo un plan, perfecto plan diría yo, para empezar a asfaltar centímetro a centímetro planetas. Dan ganas de levantarse cantando, para empezar a vivir otro día agotador, deslizándonos hacia el fin de semana, echando mano del artilugio de achicar problemas.

Pero resulta que esta cancioncilla no está disponible en la red de redes... de manera que me ha pedido paso otra en la cabeza: En los desiertos por habitar, del mismo LP. Tampoco es de las mejores pero es uno de esos temas que Manolo incluye en cada trabajo pensando en el concierto. Son ritmos potentes, resultones, que suele aprovechar para ir cerrando la actuación, recreándose con confettis dorados, juegos de luces y demás parafernalia. Y son canciones que te arrastran, que dan ganas de cantar gritando y que una se imagina en la plaza de toros, atronándole los oídos entre bote y bote.

Mirando con más detenimiento la letra, estamos ante un típico canto a la libertad en clave manologarciana, reivindicando la Naturaleza, la vida más allá de los agobios urbanos y la felicidad que da el alejamiento del mundanal ruido, en el plano físico y en el espiritual. Así que hago mío eso de quiero, dormido, vivir despierto y les invito a dejarse llevar por la pendiente hacia el viernes, en este viejo tren sin destino ni horario. :)

1 comentario:

Harpo dijo...

Yo creo que es una buena táctica, la de dejarse sorprender. Es imposible que Manolo te defraude, y además se le ve más feliz en el escenario que en ninguna parte. Y lo de dormir, bah. ¿Encima un jueves?, ni falta que hace; cafeína y hasta el infinito, y más allá. Por la noche del viernes ya no te quedará ni sueño. Mañana sólo pensarás en el concierto. Y ya contarás, ¿no, M. Dumont?

P.D. Tengo un amigo que se autoproclama el mayor hincha de Calamaro, y otro el mayor fan de Manolo, ‘mejorando lo presente’, jaja... Para este último, la mejor canción de todos los tiempos es ‘No me acostumbro’ (he aquí una versión un poco extraña, pero bué, se sostiene: http://www.youtube.com/watch?v=yT2FPcfNWA0 ).

Una vez que íbamos en su coche en un viaje largo, nos entretuvimos a contrastar una teoría que yo sostenía sobre ‘Arena en los bolsillos’ –yo creo que, de lejísimos, lo mejor manolil en solitario-, y más o menos fue validada: en todas las canciones, menos en un par, hay alguna referencia vegetal: el bosque, la encina, la higuera... y en su defecto faunística, queridos amigos de la tal ibérica. Así que cuando lo escucho tengo la sensación de excursión campestre continua, o una merienda (¿o paella?) en la huerta.